viernes, 6 de septiembre de 2013

Relato

Querido hijo:
            Quiero que sepas que nos angustia, tanto a mí como a tu madre, saber que sufres del mismo pánico que yo cuando joven y que no te permite avanzar con tu vida y tus estudios. Es por eso, que he decidido escribirte para aplacar tus inquietudes y liberarte del desasosiego que te perturba. El terror a la hoja en blanco que amedrenta tus pensamientos es la corporización de algún miedo oculto a tomar decisiones que puedan afectar a tu futuro: la primera línea de un escrito condiciona al resultado como un entero. Pero, pichoncito, no te reprimas. No encarceles esas ganas y ese placer que siempre te generó la escritura. De los primeros tropiezos es de donde se aprende a caminar. Barthes goza de la misma forma al escribir, por no sucumbir al miedo que proyecta la inseguridad y de esta forma no aprisiona las gestaciones de sus ideas más precoces. Este hombre fue un artista, él mismo lo dijo. Describió su sensación al escribir, ese frenesí que le corrompía con solo trazar una secuencia de garabatos. Vos Gonza, también sos un artista, a vos también se te inundan las venas de un placer que te recorre entero al plasmar en una hoja lo que sentís. El mal más terrible de cualquier artista es no dejarse llevar. Pero no solo afecta al bien individual sino también al común ¿Qué hubiese sido si Da Vinci se huebiera reprimido? O incluso pensá en físicos cuyas hojas en algún momento estuvieron en blanco: Tesla, Newton, Einstein… La escritura, m’hijo, ha sido siempre crucial en la historia. Ya en tiempos prehistóricos se necesitaba para planificar las cosechas. No es moco de pavo. Tenés entre manos un gran poder, no lo eches a perder.
            Espero que mis palabras, aunque pocas, te sirvan para sobreponerte a tus miedos y como motor para completar el desarrollo de tus ideas.
            Esperamos pronto noticias tuyas.
            Te queremos mucho y te extrañamos.

                                                                                  Mamá y papá.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un buen consejo para vos también. Muy bien escrito. No le temas nunca a la hoja en blanco.
Podés volar.

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